Muchas veces escuchamos en los medios de comunicación que suben o bajan las tasas de interés, pero no todos entienden de qué se trata o cómo impacta en nuestra vida cotidiana este tipo de fluctuaciones, así que empezaremos explicando cuantos tipos de tasas bancarias existen.
¿Qué son las tasas activas?
Si estamos interesados en pedir un crédito tendremos que estar atentos a las tasas activas, es decir que es el porcentual que nos cobra el banco por prestarnos dinero.
Esta tasa activa puede ser fija o variable y varía en función del tipo de préstamo, la garantía, la moneda, el plazo, y otros factores directos como indirectos, es decir vinculados directamente al producto como puede ser el perfil del cliente o indirectos como la política monetaria del país, etcétera.
¿Qué son las tasas pasivas?
Cuando contratamos un plazo fijo o recibimos intereses por nuestro dinero en una cuenta remunerada, aplica aquí la tasa pasiva, es decir lo que nos pagan por los depósitos que capta una entidad financiera.
Aquí también influyen como en la tasa pasiva, esos factores directos como indirectos que hacíamos mención.
Diferencias entre tasas activas y pasivas
La diferencia entre tasas activas y pasivas es que los bancos utilizan unas para los productos de financiación (activas) y las otras para ahorro e inversión (pasivas).
Por lo tanto, las activas siempre están mas altas que las pasivas porque es la forma que tienen las entidades financieras para ganar dinero, es decir que nos cobran más caro prestándonos respecto a los que nos pagan por los depósitos de dinero.
Esta diferencia entre la tasa pasiva y activa, o sea, la ganancia que generan las financieras y bancos, es lo que se denomina como Spread Bancario.
Importancia de las tasas activas y pasivas en la economía
Podemos afirmar que las tasas de interés son uno de los aspectos más determinantes de la economía de un país ya que muchos factores de la estabilidad financiera y cambiaria dependen de ellas.
Si los tipos de interés suben la economía se enfría, se contrae el crédito y la inversión se frena, mientras que en el caso contrario el objetivo es dinamizarla con mejor acceso a la financiación para incentivar el consumo.
Asimismo, también se utilizan para frenar la inflación junto a un conjunto de políticas fiscales, monetarias y financieras, para desincentivar la dolarización y llevar mas dinero local a los bancos evitando que, por ejemplo suba el dólar.
Ejemplos prácticos sobre tasas activas y pasivas
Veamos un ejemplo real para entender ejemplos de tasas activas y pasivas en el sistema financiero.
Para un préstamo personal en un banco aplica Tasa Fija Nominal Anual del 98,00% (Tasa Efectiva Anual 156,52%) Sistema de amortización francés.
El mismo banco paga para un plazo fijo una Tasa Fija Nominal Anual del 35,00% (35,00% Tasa Efectiva Anual) a 365 días o 38,00% Tasa Fija Nominal Anual (45,38% Tasa Efectiva Anual) a 30 días.
¿Por qué las tasas activas son más altas que las pasivas?
Básicamente, para entender como funcionan las tasas de interés activas y pasivas, las primeras son más altas porque es lo que nos cobran los bancos por prestarnos, mientras que las segundas es lo que nos pagan por llevar nuestro dinero.
Por lo tanto, las entidades financieras ganan con esa diferencia entre lo que prestan a sus clientes y captan por los depósitos de los ahorristas.
¿Cómo afectan las tasas activas a los préstamos?
Si las tasas activas suben, el crédito se encarece y en caso contrario, cuando el Banco Central decide bajarlas, el acceso a la financiación se abarata incentivando la inversión y el consumo, lo que dinamiza la economía.
¿Qué pasa cuando el Banco Central sube o baja las tasas?
Las tasas activas y pasivas están directamente vinculadas a las políticas monetarias del Banco Central, ya que cuando decide intervenir, es decir, bajar o subirlas, las entidades financieras modifican los tipos de interés, tanto de sus productos de financiación como de aquellas opciones de ahorro e inversión.
Si suben las tasas, esto se traduce directamente con el encarecimiento del crédito, lo cual desemboca en el enfriamiento de la economía ya que se contrae el consumo, pero al mismo tiempo incentiva el ahorro ya que mejoran las tasas de interés pasivas.
En contrapartida, si las tasas bajan, se abaratan los prestamos, la economía se dinamiza porque favorece a la inversión y el gasto pero se vuelve menos atractivo contratar un producto de ahorro e inversión. Si el dólar no sube, es el momento donde muchos suelen dolarizarse.